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lunes, 14 de noviembre de 2016

Quiero que me abraces, pero curiosamente yo no estoy ahí para abrazarte


Tratamos de servir a todos, pero sabemos que no podemos hacerlo
Esperamos que los otros nos sirvan sin falta a nosotros siempre
Queremos que nunca nos digan mentiras, siempre estar enterados
Pero sólo escuchamos palabrerías y hacemos malos silogismos
Queremos siempre ir hacia adelante, pero bien sabemos que casi no ocurre
Que estamos más parados, como en pausa continua, que caminando
Pensamos y pensamos sólo para desechar nuestras propias ideas
Rezamos y rezamos para imaginar respuestas que nunca llegan
Nos vemos todos los días y nos ignoramos todos los días,
¿Para qué decir buenos días si sólo es otro amanecer? 
Ni siquiera recuerdo mis sueños, como para que me den buenas noches
Quiero que me abraces, pero curiosamente yo no estoy ahí para abrazarte 

viernes, 23 de septiembre de 2016

Punto Cero

Estoy en medio de un lugar no muy oscuro, pero tampoco diría claro
Volteo la mirada y veo a Febo, con sus brillantes e inciertas promesas
Pero alcanzo a distinguir una ladera oscura, con un dulce fruto de Ades
Respiro tan profundo sobre tu pecho, pero no me alcanza el aire para llegar a tu boca
Me siento y me paro más de lo que estoy acostado
Subo escaleras de arena para llegar a la cima
¿Y tú, dónde estas?
Aquí estoy

sábado, 6 de agosto de 2016

Compartirte nunca mi decisión

Compartirte nunca mi decisión
Eres mío como el agua es de las nubes o los ríos de la montaña
¿Porqué si a la rosa la protegen las espinas no puedo yo velar por tu persona?
¿Es cruel destino el ingenuamente quererte sólo mío?
Pero hasta los ríos llegan al mar y las gotas llueven sin cesar
Tergiversar el recuerdo de tu alegre llegada con cada última mirada de despedida trastorna mis deseos y opaca la realidad
Si pudiera sólo retenerte en mi mirada para siempre, así estaría seguro de nunca perderte ni olvidarte
Si pudiera simplemente perderme en un abrazo, en unos brazos, en un aliento
Alargar nuestro momento al infinito y ser sólo uno
Despegas tus labios de mi boca y el recuerdo de ese calor mientras te alejas me mantiene latiendo
Aguardar, aunque es de las peores, no es si quiera una pena comparado con saber, cada minuto, sin nunca olvidar

Que compartiéndote estoy, sin remedio y por mandato de Dios