Compartirte nunca mi decisión
Eres mío como el agua es de las nubes o
los ríos de la montaña
¿Porqué si a la rosa la protegen las
espinas no puedo yo velar por tu persona?
¿Es cruel destino el ingenuamente
quererte sólo mío?
Pero hasta los ríos llegan al mar y las
gotas llueven sin cesar
Tergiversar el recuerdo de tu alegre
llegada con cada última mirada de despedida trastorna mis deseos y opaca la
realidad
Si pudiera sólo retenerte en mi mirada
para siempre, así estaría seguro de nunca perderte ni olvidarte
Si pudiera simplemente perderme en un
abrazo, en unos brazos, en un aliento
Alargar nuestro momento al infinito y ser
sólo uno
Despegas tus labios de mi boca y el
recuerdo de ese calor mientras te alejas me mantiene latiendo
Aguardar, aunque es de las peores, no es
si quiera una pena comparado con saber, cada minuto, sin nunca olvidar
Que compartiéndote estoy, sin remedio y
por mandato de Dios