Bienvenue

sábado, 6 de agosto de 2016

Compartirte nunca mi decisión

Compartirte nunca mi decisión
Eres mío como el agua es de las nubes o los ríos de la montaña
¿Porqué si a la rosa la protegen las espinas no puedo yo velar por tu persona?
¿Es cruel destino el ingenuamente quererte sólo mío?
Pero hasta los ríos llegan al mar y las gotas llueven sin cesar
Tergiversar el recuerdo de tu alegre llegada con cada última mirada de despedida trastorna mis deseos y opaca la realidad
Si pudiera sólo retenerte en mi mirada para siempre, así estaría seguro de nunca perderte ni olvidarte
Si pudiera simplemente perderme en un abrazo, en unos brazos, en un aliento
Alargar nuestro momento al infinito y ser sólo uno
Despegas tus labios de mi boca y el recuerdo de ese calor mientras te alejas me mantiene latiendo
Aguardar, aunque es de las peores, no es si quiera una pena comparado con saber, cada minuto, sin nunca olvidar

Que compartiéndote estoy, sin remedio y por mandato de Dios