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jueves, 19 de enero de 2012

Morado, como el Mar


Cuando las aguas del mediterráneo se tornaron moradas pensé en ti. En tu dulce ausencia, en tus cambios a distancia.

Cuando las aguas tornaron a ese púrpura, pensé en la sal de tu mirar. En el confort de las cartas que nunca leerás ni sabrás que fueron escritas pensando en tus faltantes abrazos.

Quisiera nadar en las púrpuras, rojizas y moradas aguas. El frío me lo impide, me dejaría sin vida (que tentación). Es el mismo caso cuando pienso en acercarme a tu pecho y escuchar tu corazón. ¿A que bajas temperaturas tendría que enfrentarme? ¿Lo soportaría?

La armonía del arcoíris de color al atardecer sobre las tonalidades púrpuras me impide seguir creyendo que podríamos cambiar el invariable, oscuro y frío azul a un rojo que buscamos día a día.

El morado del mediterráneo se apaga, no hay remedio a esta situación. El frío nubla mis sentimientos y mi mirada. Reflejos lunares regresan conciencia a mi razón.

Quisiera el frío de tus mentiras con el falso color de tu piel. Pero con la fantasía de este lugar podría vivir engañado y no me importaría. Mantengo protegidos a mis ojos para que no vayan a encontrarse accidentalmente con tu mirada y se congelen. Suficiente tengo con tus palabras, que a veces duelen, pero si he de vivir solo con eso podría hacerlo.

¿Dónde ha quedado el pasado y el amor que pensé había encontrado? Volteo a ver el horizonte y no te veo, solo observo el último reflejo del agua morada y el infinito mar tornándose a un eterno y negro azul.

M. Kiddo


@Cannes - France



RAML †

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