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domingo, 23 de octubre de 2011

Melancolía sabor manzana


Quisiera que solo por un momento el mundo dejara de girar. 

Para cuando el mundo se detuviera, aunque fuera por solo unos segundos, poder poner en una perspectiva diferente mi vida. Tomar mi esencia entre mis manos y girarla, para que mis ojos pudieran observar diversos ángulos e hicieran entender a mi alma lo que soy. 

A veces pareciera que tenemos todo el tiempo del mundo, error. Hoy es de los días que el tiempo pasa tan rápido que siento que no hice realmente nada. Pero si pudiera repetirlo, ¿Realmente hubiera hecho algo diferente? ¿Hubiera valido la pena cambiarlo? 

Claro que es físicamente imposible que el tiempo transcurra más rápido o más lento (Einstein estaría tan decepcionado de mi comentario). Pero a nuestra perspectiva los días pasan por nuestra vida a velocidades cambiantes.

De verdad que a veces me miro al espejo y me pregunto la importancia de mis deberes escolares o de mis hobbies o de todo lo demás para el caso. En que magnitud realmente vivimos como quisiéramos, ves "humanos" adultos con todos sus sueños ahora muertos y lo único que podemos hacer es vivir en la negación de terminar como ellos. No lo queremos aceptar, pero lo más probable es que terminemos siendo iguales a la mayoría. Nieguen con la cabeza si quieren, yo también lo haría.

Ni siquiera voy a hablar de tantas personas, a mi parecer, injustamente enfermas. Nuestra fragilidad es alta con un poder de decisión que pareciera nulo. 

Tic toc tic toc... pasan los días en los que de verdad por más que haga cosas ese sentimiento de vacío continúa. En una ciudad tan grande como es el DF, cada vez se difumina más la linea de distinción de persona a persona. Tanta gente igual queriendo ser diferente, una pena. No es que quiera dar y mucho menos recibir un discurso inspiracional, es acerca de compartir la melancolía de destinos que en noches de octubre parecieran tan vanos. 
Todo sin sentido
O, ¿nada con sentido?


Insisto, si por un momento el mundo se detuviera y todos pudiéramos observar en diferente perspectiva nuestra esencia... ¿Valdría la pena que madre tierra se tomara la molestia de parar? 

De cualquier manera, no va a pasar.
Regresen a la misma gata, nada más que revolcada. Yo haré lo mismo.


Roberto Mora 

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