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lunes, 31 de octubre de 2011

Sueños

No suelo soñar, una peculiaridad mía que no me agrada.
Y de verdad no me gusta, soñar me parece maravilloso. Tal vez la parte positiva de todo esto es que cuando llego a soñar intensamente sueño cosas bien chidas y muchas veces MUY reales.

No me vayan a creer ignorante, se que se dice que soñamos diario y que simplemente no podemos recordarlo. Pues sea cual sea la razón por la cual no recuerdo nunca lo que sueño y los demás si, es algo que nunca entenderé.

La otra vez tuve un sueño muy MUY cabrón, de esos que te acuerdas vívidamente toda tu vida. Lo combiné con una idea muy fuerte que tuve el mismo día y escribí una pequeña historia que en mi cabeza es algún capítulo de un libro que tal vez algún día sea escrito y publicado.

Les comparto el final, no lo demás porque me echaría de cabeza con ciertas fuentes de inspiración... Esta de lo más raro sin contexto, pero no importa.






-      -No me des un beso
-      ¿Porqué?
-      No me he parado de la cama, mi aliento debe ser un asco
-      Déjame besarte. Sabía que te encontraría aún dormida, entonces he esperado y no me he lavado los dientes aún.
Se acercó de nuevo, esta vez decidido. Nos besamos. Su comentario me dejo sorprendida, claro. Se que puede sonar un poco asqueroso pero lo besé y fue tan perfecto que aún no puedo acabar de entender la gloría que sentí esa mañana. Era tan imperfecto y tan romántico al mismo tiempo. La forma en que actuaba... Siempre tenía la palabra precisa y su mirada con la cual me derretía.
           
El sabor de una mañana que hasta en mi vejez recordaría, el sabor de mi misma. 



Roberto Mora

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