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domingo, 28 de julio de 2013

Exploración de tu rostro


Tu rostro corre de norte a sur.
Así que mis dedos siempre empiezan
En el bosque negro donde pocos se aventuran.
Me encanta perderme en el laberinto
De arbustos con reflejos de charol.
Como una corona de azabache,
Que se postra sobre pureza transparente.
A los lados de mi mundo,
Mis manos les encanta detenerse.
La aspereza de la piel de tus mejillas,
Donde, como playa cuento,
cada grano de arena.
Donde, como mi propio cielo,
Cuento cada estrella en tus poros.
Cuando viajo al sur de mi mundo,
Mis manos recorren el filo de tu quijada.
Firmes precipicios donde mis manos se dejan caer,
Para que cada yema roce con delicadeza
La entrada al núcleo de mi tierra.
Me he dedicado explorar sin descansar,
cada parte de mi mundo debo conocer.
Pero en tus labios no dejo de encontrar,
La orilla de mi gloria en donde quiero saltar.
Con tan solo acercarme siento el temblor,
En esa piel más suave que exhala calor.
A veces un dedo se aventura a esa cueva
Donde se enfoca el placer de mis tierras.
Debo confesar que el ecuador de mi mundo,
Es por mucho lo más monumental.
La montaña que adorna todo,
Como una cereza encima de crema batida,
Tu nariz es mi monte Rushmore.
Dejo al final el trópico de Cáncer de mi mundo,
Porqué es el triángulo de las bermudas de mi tierra.
Cuando mis manos acercan a él,
Mi ser empieza lentamente a ser atraído.
Dos hoyos negros que con sinceridad arrasan.
Cada parte de mi alma se quiere perder.
Y con solo recordar esos dos torbellinos de ternura,
Siempre hasta mis palabras
Se han de detener. 


RA Mora



Monologo: El cuadernito de las preguntas


Versión Completa del Monólogo con el cual concursé en Monterrey en el 2013. 

Amor y paz… ¿Porqué amor y paz? Es difícil esto de estar respondiendo preguntas que te has hecho a lo largo de tantos años. ¿Porqué me encantan los tatuajes? ¿Porqué nos crece pelo? Aún recuerdo la primera pregunta que escribí como a los 6 ¿Porqué es hora de dormir?. Es el primer recuerdo que tengo. Mi mamá solía leerme cuentos todas las noches antes de dormir, normalmente de criaturas mágicas en mundos fantásticos fuera de mi alcance. Claramente esto me despertaba más en lugar de mandarme con Morfeo. Tengo claro en mi memoria a mi madre una noche diciéndome “Ya vete a dormir, es hora de descansar”, apagó las luces y salió del cuarto. Debió ser la primera vez que fruncí el ceño y signos de interrogación nublaron mi mente. Como un reflejo, corrí con mi mirada de niño travieso a sacar un cuadernito que tenía guardado mi mamá debajo de mi cama, y con mis crayolas escribí “¿Porqué es hora de dormir?”. Claro que en ese entonces yo no escribía, así que más bien tengo aquí el dibujo de mi pregunta.

Así es como yo recuerdo el inicio de mis incontables preguntas. En ese entonces no planeaba que se volviera un hábito, pero las dudas me surgían continuamente y sin horario. En esos años debía de tener a mis padres hartos, pero con el tiempo entendí que era mejor guardarme mis preguntas para mi cuadernito. Me cuentan que era un niño inquieto y preguntón, pero ¿Qué no somos todos así?.

Sin duda la inocencia de mis primeros cuestionamientos dan mucho para contar. Teníamos una señora que iba a hacer la limpieza a mi casa un par de veces por semana, era pequeña, morena, regordeta y se hacía llamar “Concha”. Un día corrí y le di una mordida en el glúteo derecho que probablemente nunca olvidará, así como yo no olvidaré la regañiza que me pusieron. Salí corriendo a mi cuadernito y escribí justo aquí ¿Porqué no puedo morder a la concha de chocolate?

            Los años pasaron y definitivamente la adolescencia fue una de la etapas que más me cuesta leer y responder. ¿Cómo dejo de molestar a la chava en la que no dejo de pensar? ¿Es verdad que no existe Santa Clos? ¿Porqué me enojo tan fácil? ¿Qué tiene de malo estar con mi mejor amiga solos en mi cuarto? ¿Porqué mis compañeros no dejan de molestar al “nerd”, “gordo” o “gay” del salón? ¿Porqué las chavas me buscan tanto? No puedo negar que desde pequeño fui muy bien parecido, mis compañeras y amigas me buscaban día y noche, yo no lo soportaba. Al principio, claro, con el tiempo me fue gustando y aprendí todas las técnicas para manejarlas a mi antojo. Aquí lo tengo ¿Porqué las mujeres son tan moldeables?, esa tampoco la he podido responder.

Recuerdo haber escuchado música muy fuerte en esa época, era para no escuchar mis propios pensamientos. Los problemas inician cuando creces y empiezas a escucharte, a explorarte, a dejar de ignorar lo que antes mantenías oculto en el sótano de tu mente. La verdad asusta, ¿cierto?

            ¿Porqué estoy aquí? ¿Qué haré de mi vida? ¿Cuál es el sentido del amor? Y lo que fue más importante para mi en ese momento ¿Qué voy a estudiar? Esos fueron cuestionamientos que me quitaban el sueño a inicios del siglo 21, lloraba y le pedía a Dios que me ayudara a encontrar mi camino cada noche. Descubrí que lo que estudiara era completamente irrelevante para mi futuro y que una de mis mejores decisiones fue la de irme a viajar por el mundo. Cabe aclarar que para mi el mundo era Europa y nunca llegué a conocer ni Guatemala que es país vecino México. Escribí preguntas en Londres, París, Roma y Berlín. Así seguía moviéndome entre grandes ciudades donde encontré la belleza de mi propio reflejo en ojos extranjeros. Con el tiempo aprendes que la belleza se encuentra en los momentos más pequeños e intrascendentes del día a día.

            ¿Qué fue lo que me regresó a México? El miedo que me trajo escribir esta pregunta: ¿Porqué me enamoré de un hombre?

En la década de mis veintes yo probaba de todo, quería experimentar cada cosa que pudiera. Las pedas hasta que saliera el sol, las semanas sin dormir, los ligues en el antro y la experimentación en el mundo del sexo. Aprendí a vivir entre fantasía y realidad en todo momento, me sentía dueño de mis pasos y del mundo. Sabía que mi motor de vida era el amor al arte, a las historias, a las personas y sobre todo, a las mujeres. Pero un día conocí a Joaquín, ese hombre volteó la perspectiva de mi vida, porqué juro que yo pensé que me iba a morir de amor. 

Entre mis mejores amigos teníamos un chiste que nos duró toda la vida, decíamos que teníamos pases VIP en el infierno, terraza privada y barra libre. Pero una cosa es bromearlo y otra es llorar en la regadera cada noche pensando que Dios te condenaría por haber amado a alguien del mismo sexo. Tallarte bajo el agua incontrolablemente tratando de limpiar los pecados que la sociedad te acusa de haber cometido. Repetía una y otra vez en mi mugre cuadernito ¿El amor es mi condena? ¿El amor es mi condena? ¿El amor es mi condena?.

No soportaba México así que me fui a vivir unos años con Joaquín a Berlín un día las cosas ya no funcionaban y sin mayores explicaciones me regresé a México y jamás volví. Nunca le prometí nada a Joaquín, no hay promesas que más duelan que las que sabes que no puedes cumplir. Sabía que era un alma libre y yo ya no era feliz. Terminé casándome con una bella mujer que era diseñadora igual que yo. Su nombre era Isabel, aún recuerdo que así se llamaba también mi novia en el kínder. Soñaba que el amor de mi vida me sorprendería en un parque o un café, pero la verdad es que conocí a Isabel en el trabajo. Tuvimos dos hijos, Pablo y Joaquín. Ella fue el amor de mi vida y no me arrepiento de un solo segundo que pasé a su lado. Pero es curioso como cuando empieza la vida adulta los días empiezan a ser cada vez más parecidos entre ellos. Surgen preguntas como ¿Debería tener otro hijo? ¿Puedo permitirme renunciar a mi trabajo? ¿Qué es el fondo del retiro? ¿Cuáles son los límites del sacrificio por los hijos? ¿He vivido lo suficiente? Mientras sigamos vivos claramente no hemos vivido lo suficiente, cada día es un instante mágico.

            Me fui olvidando de mis sueños y acomodándome cada día más en mi “zona de confort”. Como contemplando un atardecer, la vida se me fue en lo que parecieron segundos. Me reinventé tantas veces y con los años en lugar de comerme al mundo terminé siendo la cena del tiempo. Yo dejé mi cuerpo en una camilla de hospital, con casi 70 años los problemas del corazón no me dejaron vivir más, pero morí sonriendo. Recuerdo la mano de mi esposa sobre mi rostro diciéndome “Ya vete a dormir, es hora de descansar” y mi sonrisa recordando mi primera pregunta ¿Porqué es hora de dormir?.

            Tantas sugestiones y preguntas existen sobre la muerte, que el mundo sepa que no hay nada después de dejar tu cuerpo. Te vuelves como parte de un todo, o un todo parte de ti, aun no estoy seguro. La muerte es un cuarto negro donde nuestra edad favorita se mantiene en un soliloquio por una eternidad. No hay nada después de la muerte más que las preguntas que juré al final de mi vida serían respondidas y algunas no lo fueron. ¿Porqué tenemos miedo? Aquí el tiempo es un purgatorio de recuerdos y de respuestas que ya nunca llegarán. El cuadernito de las preguntas es la condena que me recuerda lo que no debí tener miedo de responder en vida. Cuánto me gustaría que todas las personas supieran cada que al morir no hay nada más que… esto. 



Roberto Antonio Mora López




viernes, 24 de mayo de 2013

Why I can't sleep tonight


- El silencio de una madre que deja de hablar durante cinco años

- Los extremos de mi sensibilidad

- La fragilidad de la persona

- El egoísmo que me persigue aunque me esconda

- El miedo a no olvidar

- Saber que todos lo inicios tienen un final

- La falta de control sobre el amor

- El terror a no hacer lo que quiero

- Mi seguridad al hablar de la mente humana, entender a la gente y dar consejos... ¿Y si estoy equivocado?

- El mal balance entre la vida y el poco tiempo del día

- La pregunta de siempre ¿Quién ama más?

- Los límites del cariño

- El peso de la sociedad sobre mis hombros

- La incertidumbre en la que vivo estos meses después de graduado

- El terrible amor que le tengo la teatro

- Escuchar "La infancia es como un cuchillo clavado en la garganta" y pensar que quizá yo tengo aún el mío clavado y no me deja respirar

- Tú inocencia, esa me mata y me aterra

- La pregunta: ¿Realmente estoy yendo hacia adelante? ¿O no?

- El amor de un padre hacia un hijo

- El hablar, y que nadie escuche.


Mi cabeza es un mercado. Cállenla, por favor cállenla.

Roberto

domingo, 12 de mayo de 2013

4° Concurso Nacional de Monólogos - ITESM

Bueno, pues como algunos sabrán y otros no, llegué a la final del concurso nacional de Monólogos con mi texto original titulado "El cuadernito de las preguntas". Gané en las dos primeras rondas, pero pues la tercera me falló ;) 


Yo sabía desde un principio que mi trabajo no es exactamente lo más recomendado para este tipo de concursos, pero yo estoy muy orgulloso de las piezas que creo y tengo un trabajo un poco definido en términos artísticos de gustos y preferencias. 
Muchas veces no comparto mi trabajo, pero creo fielmente que este ha sido uno de los mejores trabajos que he echo hasta ahorita. Me encanta mi texto, mi presentación, mi personaje, mi mensaje... simplemente quedé encantado con la experiencia de poder ir a la final a Monterrey, la gente que conocí y las enormes enseñanzas que me llevé de todo esto. 

No es ni cercanamente lo mismo verlo en vivo, pero para los que no tuvieron oportunidad de verme les dejo la liga donde pueden ver el Cuarto Concurso de Monólogos del ITESM completo. 

http://new.livestream.com/itesm/concursomonologos 

Me gustaría que lo vieran completo porque hay trabajos que valen mucho la pena, pero si únicamente quieren verme a mi pueden verme en el minuto 21 y en el 42 del livestream. 


En un post posterior les dejo el texto original que es más largo y un poco diferente a la versión que presenté.   ¡El límite de tiempo fue un problema horrible!

Gracias por el apoyo ENORME que recibí, fue... overwhelming. 
Y gracias a todas las personas desconocidas que se me acercaron a apoyar mi trabajo y darme las gracias por la presentación. Para mi eso vale todas las horas de trabajo. 


Roberto Mora 



Alebrijes


Alebrijes


Movía sus pequeños brazos hacia el alebrije giratorio sobre su rostro. Recostado, con tan solo unos meses de vida, el pequeño solo piensa en el par de notas que se escuchan a su lado mientras disfruta del suave calor sobre sus dedos. Calor proveniente de los primeros rayos de mañana que entran a través de la ventana.
            Debajo de la ventana del cuarto, de tenue azul y tapiz de globos, se encuentra un pequeño buró blanco. Sobre él, se encuentra una pequeña caja de música en forma de carrusel. Pequeños caballos dorados que giran al tono de dulces notas para el niño.
            El carrusel musical posee un pasado misterioso que se oculta tras un canon en D. Mientras cualquiera escucharía un DO mayor, Gustavo aún escucha las trompetas y redobles  del circo mezclados con colores de bailarinas y acróbatas. Gustavo se encuentra de pie viendo desde el otro lado del cuarto a su hijo jugar, sabiendo que con la última nota del carrusel vendría el momento de actuar.
            Las gitanas habían sido claras en la profecía, la madre del niño moriría al nacer y él sería el único que podría salvar al circo de los tiempos de decadencia que se aproximaban. Ahora que Lucía no estaba, Gustavo sabía que el destino del pequeño sería estar el resto de sus días preso de esa caravana viajera. No podía permitirlo. Habían jurado salir de ese infierno sobre ruedas.
            El bebé aún movía sus pequeños brazos hacia el alebrije sobre su rostro cuando la última nota del carrusel, único recuerdo que conservaría de su madre, sonó. Se extendió un silencio denso que recordaba al entierro de Lucía. Éste fue roto por una risa del pequeño.
Gustavo sabía lo que tenía que hacer.



Roberto Mora 


martes, 16 de abril de 2013

3 Poemas Desesperados


No he escrito mucho por la escuela (por fin me gradúo!), pero me puse a jugar con 3 poemas diferentes para tres personas diferentes que quiero con el alma pero que me sacan de quicio muy seguido. El arte de quererlos me ilumina todos los días. 

El primero es una prosa poética para alguien sin reglas, sin rima y que llena mis días de melancolía. 

Cuando será el día

Cuándo será el día que escucharé,
Salir de tus desérticos labios las palabras.
Las hojas del otoño caen una vez más,
Una flor se abre y muere de nuevo.

Cuándo será el día que escucharé,
La verdad viva entre tus mentiras.
Mis uñas tengo que volver a cortar,
Mis cabellos tengo una vez más que arreglar.

Cuándo será el día que escucharé,
Lo que hoy y mañana tratas de disimular.
Un desayuno más que digerir,
Una comida más que preparar.

Cuándo será el día que escucharé,
Lo que hoy en las noches no me deja dormir.
Un día más de pasos sin dirección,
Más momentos de pláticas vacías.

Cuándo será el día que escucharé,
Lo que desgarra y hace sangrar mi pecho.
Las palabras que otorgan dulce descanso,
Mándame a dormir con un:
“estoy orgulloso de ti”


Este es una prosa rimada, rima simple como nuestras conversaciones pero sentimiento enredado como nuestra relación. Así pasan las noches para los que tenemos el hábito de las mentiras. 

Nunca fue mi intención

Nunca fue mi intención,
Caer esta noche en tu función.
Un verso me escribiste
Y en mi hechizo, sueño, caíste.

No puedo crear versos,
Sin pensar en tus besos.
Esta noche me tientas,
Puras fantasías alientas.

Si no siento tu caricia,
Mis días se pierden en inmundicia.
Piel tersa, como me quieres,
Mentiras son tus placeres.

Me rozan tus mentiras,
Que llegan cuando me miras.
Tu esperanza me llevo a crear,
Pero engañado debo estar.

Vivo en fantasía de tu lecho,
Solo quiero perderme en tu pecho.
Presos de cadenas de nada,
Que la sociedad volteé la mirada.

Nunca fue mi intención,
Que al verte se derrita mi corazón.
Mirada perdida, ojos azules.
Niño perdido, no disimules.


Este que viene es un poema lírico para una de las personas que más lleva tiempo en mi vida, que más quiero y que más me complica la existencia. Estructurado y bello como ella, pero una montaña rusa cada reunión. 


Recuerdos que se suicidan

En el alcohol y música,
Juegan tus manos de chica.
Con el viento del recuerdo,
Contigo ya no me pierdo.

Labio que no comunica,
Tu miedo no justifica.
Pupilas de desacuerdo,
Hielos solo saboreo.

Aún tu aliento me dedica,
Noche a mi alma perjudica.
Solo baile nuestro acuerdo,
Que no me quita lo cuerdo.

La tensión se intensifica,
Pensamiento crucifica.
Nuestros años que no olvidan,
Recuerdos que se suicidan.

Art Video - December 2012 Project




This is a little art video I made. I felt very inspired by the Song, Florence, Fantasy, Reality, Pain, Myself, Restrictions, Limits, Life, Souls, Confessions, Religion, Gaga, Materialism, The Road, Light, Water, Photography, people I really love and much more. 
Hope you enjoy and give your own interpretations to it. 
Roberto Mora 
R†



Art Video - Take Care - Florence Cover